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Si tienes una vida ajetreada y con poco tiempo libre, las vacaciones son ideales para empezar un entrenamiento sin presiones.
Todos hablan sobre el cuerpo de verano que anhelamos; sin embargo, no siempre tenemos el tiempo para prepararnos lo suficiente antes de viajar. Por tal razón, es importante encontrar el lado positivo de las cosas y tomar las vacaciones como el pretexto perfecto para dedicarle tiempo a nuestro cuerpo y cuidarnos sin dejar atrás la diversión y el descanso.
Ya sea playa, bosque o ciudad, los paisajes pueden resultar inspiradores para hacer ejercicio, no importa si lo tuyo es correr, entrenar con aparatos o utilizar tu propio peso como herramienta para ejercitarte. Lo único que debes tener siempre presente, es la intención y la fuerza de voluntad para dar el primer paso.
Muchos tienen la creencia de que en vacaciones romper la dieta está permitido, hacerlo puede representar un retroceso en tus avances, mismos que luego te pueden causar angustia y ansiedad al ver que los resultados ya logrados, han desaparecido. Tampoco te vayas a los extremos y te obsesiones con tu figura veraniega, todo debe tener un equilibrio.
Si tienes planeado salir de viaje, siempre encontrarás un lugar para tomarte 30 minutos y entrenar para empezar tu día con energía
¿Qué tener en cuenta para no subir unos kilitos durante las vacaciones?
Para empezar, no caigas en la tentación de la comida y el alcohol ilimitado, especialmente si te quedas en algún lugar All Inclusive. El tener acceso a todo tipo de comida rápida y antojitos de ensueño, pueden hacer que, aunque mantengamos una rutina de ejercicio, esta no sirva de nada. Trata de equilibrar tu consumo de pan y azúcares.
Otro punto importante para estar en forma, es mantener hidratado tu cuerpo, especialmente si vas a un lugar caluroso o muy húmedo. El agua es vital para eliminar las toxinas que acumulamos y eliminarlas a través de la orina. consiéntete y toma al menos 2 litros de agua al día.
Adapta tu rutina al destino que visites. Si vas a la playa, sal a correr en la arena antes de las 8 de la mañana para que el sol no se vuelva enemigo de tu piel y te deshidrates de manera acelerada; si estás en un hotel que tenga gimnasio, aprovecha y combina el trote con algunos aparatos antes del desayuno, de tal manera que tu día comenzará lleno de energía. Y si lo tuyo es el bosque, realiza senderismo intenso, donde tendrás la oportunidad de realizar ejercicios pliométricos (saltos, lagartijas, burpees, etc). Toma en cuenta que existen auxiliares que pueden darte una ayudadita extra como Torongia, cuyos ingredientes naturales ayudan a la quema de grasa gracias a su efecto termogénico, así como la hidratación y elasticidad en la piel. Muchos dejan la ciudad para viajar, si eres de los afortunados que la puede disfrutar vacía, aprovecha para salir a rodar o caminar y conocer más lugares y quemar algunas calorías extras.
El apoyo extra siempre es importante. No importa donde estés, si tienes amigos que te hagan segunda, los entrenamientos serán mucho más divertidos e incluso podrán representar un reto entre ustedes para cumplir una meta en común: mejorar su estado físico y emocional gracias a las endorfinas que generarán.
Por último y uno de los puntos más importantes, descansa. Si tu cuerpo y tu mente están relajados, tendrás toda la actitud para ser disciplinado y tener como objetivo el seguir cuidándote cuando el verano llegue a su fin.