- Estar expuestos a la abundancia excesiva de datos y a la falta de verificación en la información que vive en internet, la salud cognitiva se ve comprometida y reduce nuestra capacidad en la toma de decisiones importantes.
Desde la pandemia, se dio a conocer uno de los términos que se apoderó del consumo insaciable de información en redes: Infodemia. Este término que combina las palabras “información” y “epidemia” se refiere a la abundancia excesiva de datos, tanto veraces como falsos, que entorpecen el acceso a fuentes confiables y afectan la capacidad de las personas para tomar decisiones informadas. Esta saturación informativa puede impactar directamente en la salud mental, al generar ansiedad, confusión y sobrecarga cognitiva.
Justo en la pandemia este concepto se intensificó, ya que la gente estaba ávida de saber la mayor cantidad de información posible en torno al COVID-19, lo que llevó a que la sobrecarga de información verídica se diluyera con la falsa. En un contexto donde esta sobrecarga de información en la que vivimos día a día dificulta distinguir entre hechos y rumores, Fundación CTR refuerza su compromiso con la alfabetización digital y el combate a la desinformación.
“Vivimos rodeados de datos y opiniones, pero la abundancia no garantiza la verdad. Esta sobrecarga termina afectando nuestra salud mental, porque nos obliga a procesar demasiado y a desconfiar de todo”, señaló Abelardo Perches, director de Fundación CTR. “Desde Fundación CTR trabajamos para que las personas conecten con el pensamiento crítico y aprendan a verificar antes de compartir. Hoy, más que nunca, la verdad necesita defensores activos”.
La organización ha impulsado campañas de concientización digital para invitar a la ciudadanía a consultar medios verificados, evitar la difusión de rumores y desarrollar criterios sólidos para el análisis de contenidos. De hecho, la infodemia ha tomado mucha más relevancia ahora que la Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en la “fuente de consulta predilecta” de Millenials y GenZ que engloban temas que incluso involucran a la salud congitiva.

Recientemente, un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) reveló que el uso excesivo de herramientas como ChatGPT podría estar modificando el funcionamiento del cerebro humano. El estudio, realizado a 54 estudiantes, mostró que quienes usaban inteligencia artificial para escribir tenían una menor actividad cerebral comparada con quienes desarrollaban sus textos sin asistencia. Esta situación ha sido definida como “deuda cognitiva”, resultado de delegar el pensamiento complejo a sistemas automatizados.
Los investigadores definieron este fenómeno como “descarga cognitiva” (cognitive offloading), donde el usuario delega el pensamiento complejo a la inteligencia artificial. Aunque esta práctica hace las tareas más rápidas, también lleva a lo que llaman “pereza metacognitiva“: una disminución del esfuerzo mental y del pensamiento crítico.
El equipo del MIT advierte que una dependencia temprana y excesiva de estas herramientas podría perjudicar el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de análisis a largo plazo. El informe también destacó que los usuarios de IA presentaban un desapego emocional con sus propias ideas y cometen errores al citar sus trabajos. En contraste, quienes utilizaban motores de búsqueda como Google mantenían un mayor nivel de compromiso cognitivo.
Frente a estos hallazgos, Fundación CTR reitera la importancia de un uso consciente de la tecnología, el fortalecimiento de habilidades analíticas y el fomento de la reflexión crítica como herramientas clave para combatir la desinformación en la era digital.
¿Cómo evitar la descarga cognitiva?
La influencia de la IA está creciendo rápidamente y es un hecho que la Inteligencia Artificial juega un papel importante como herramienta fundamental de análisis y toma de decisiones asistidas. La IA también se ha integrado más en las actividades cotidianas, desde asistentes virtuales hasta información compleja. Su creciente uso está empezando a influir en la forma de pensar de las personas, especialmente entre los jóvenes. Para evitar el uso abusivo de estas herramientas y comprometer la salud cognitiva se recomienda:
1. Haz un ejercicio mental antes de consultar a la IA
Antes de preguntar a una IA o buscar en internet, intenta formular tu propia respuesta. Anota lo que ya sabes, haz una hipótesis o desarrolla una idea preliminar. Luego sí, contrástala con fuentes o herramientas. Esto fortalece la memoria y el pensamiento crítico.
2. No uses IA para tareas que ya dominas
Evita recurrir a herramientas como ChatGPT para cosas que puedes resolver tú mismo fácilmente, cómo redactar correos simples o buscar definiciones básicas. Es como usar una calculadora para sumar 2+2: cómodo, pero innecesario.
3. Aplica la regla del 70%
Usa tu propio criterio para al menos el 70% de tus tareas, y deja el 30% restante para validación o mejora con herramientas digitales. Esto fomenta un equilibrio sano entre autonomía mental y eficiencia.
4. Establece “zonas libres de IA”
Dedica ciertos momentos del día o tipos de tareas a resolverlas sin apoyo digital (cómo escribir ideas en papel para resolver problemas mentales). Entrenar tu cerebro sin muletas tecnológicas fortalece la concentración y la creatividad.
5. Haz preguntas, no sólo copies respuestas
Cuando uses una IA, haz preguntas que promuevan el análisis, no que entreguen soluciones cerradas. Después, revisa críticamente la respuesta: ¿concuerda con tus ideas?, ¿qué agregarías tú?, ¿hay otras perspectivas? Esto convierte a la IA en una herramienta de diálogo, no de dependencia.
Y recuerda siempre buscar fuentes confiables o hacer un chequeo doble de lo que quieres compartir o buscas resolver. Acércate a Fundación CTR a través de su página web.