La temporada de cerezas está por cerrar su ciclo en México, y con ello se despiden temporalmente de las mesas. Pero antes de decirles adiós, te decimos cómo conservar su sabor, color y nutrientes para seguir disfrutándolas incluso fuera de temporada.
Comer una cereza fresca es mucho más que satisfacer un antojo: es una experiencia sensorial que también puede sentirse como un gesto de autocuidado. Su color profundo, su dulzura jugosa y su perfil nutricional convierten a esta fruta en uno de los grandes favoritos del verano, y por eso, muchas personas buscan formas de seguir disfrutándola incluso después de temporada.
“Las cerezas no solo son deliciosas, también son funcionales: podrían ayudarte a dormir mejor, a disminuir la inflamación en tu cuerpo y son ideales para quienes buscan snacks saludables sin sacrificar sabor. Lo mejor es que con un poco de planificación, puedes extender su sabor”, explica Juan Carlos Moreira, representante en México de Cerezas del Noroeste.
1. Enjuaga y escurre
Lava las cerezas con agua limpia y escurre. Puedes retirar el tallo o incluso deshuesarlas si planeas usarlas en recetas o smoothies. Este paso es clave para conservar su sabor, color y nutrientes.
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2. Empácalas
Usa bolsas resellables o recipientes herméticos. Marca la fecha de congelación y guarda porciones pequeñas para que solo saques lo que necesitas. Evita amontonarlas para que se congelen de manera uniforme.
3. Congélalas
Ubica tus cerezas en una parte del congelador donde la temperatura se mantenga constante, idealmente por debajo de los -17°C. Así conservarán su sabor, color y valor nutricional por más tiempo.
Una vez congeladas, las cerezas mantienen su versatilidad: pueden incorporarse a smoothies, usarse como topping de yogurt, en mermeladas, postres o incluso platillos salados. Combinan bien con ingredientes como queso, frutos secos, vinagre balsámico o frutas como duraznos y berries.
Ahora sí, ¡Reinvéntalas y extiende su sabor!
