Dicen que el matrimonio es algo que muchas relaciones le huyen; sin embargo, cualquier pareja puede tener ciertas costumbres que, en lugar de beneficiarlas, podrían terminar separándolos.
No es de extrañar que las personas encuentren el matrimonio intimidante. Afortunadamente, no siempre tienes que seguir las reglas. Cada pareja es diferente y no existe un conjunto de reglas que te indiquen cómo llevar tu relación, ya sea con papelito legal o por acuerdo mutuo. Solo hay dos cosas importantes al establecer las reglas en una relación: deben funcionar bien para ambos y necesitan ser flexibles.
Tal vez has escuchado un sinfín de consejos para el matrimonio por parte de tu familia o amigos; pero en serio, los siguientes 5 son el “santo grial” de lo que NO debes hacer en tu relación:
1. La felicidad entre sábanas es indispensable.
Esta regla te alienta a sentirte inseguro sobre el compromiso de tu pareja contigo y también te enseña a utilizar el sexo como una herramienta para mantener tu relación. Algo que hace que en lugar de que ambos disfruten, se presionen por complacer al otro y si no lo haces, ambos se verán comprometidos en algo que no les gusta porque podrían llegar a creer que el sexo nunca será lo suficientemente bueno.
2. Siempre estar de acuerdo para mantener la paz.
Aunque hay algunas cosas con las que no debes perder el tiempo en discusiones, no es saludable que en una relación no existan diferencias. Muchos consideran que es mejor evitar los pleitos con tal de tener una relación “estable” y entrar en conflictos. Sin embargo, este tipo de reglas lo único que genera es resentimiento e impotencia. Es importante hablar y poner las cosas claras sobre la mesa.
Reglas que pueden romperse.
3. Compartir todo para que no haya secretos entre ustedes.
Aunque nunca debes mantener algo importante escondido de tu pareja , especialmente si involucra tu relación. Se considera una traición querer tener tu propio espacio, y no contarle nada a tu pareja. Sin embargo, a veces es bueno ser reservado con ciertas cosas, ya que nos enseña la diferencia entre un “nosotros” y un “yo”.
4. “Nunca te vayas a la cama enojado”
Sí, seguramente esto lo has escuchado miles de veces y aunque esta regla tiene buenas intenciones, nos indica que debemos absorber lo que sentimos. En consecuencia, las disculpas se vuelven superficiales.
Es lógico que todo proceso emocional requiere de cierto tiempo. Necesita reflexión, conversaciones y de alguna manera, negociación, por lo que es casi imposible que se haga de manera efectiva si queremos arreglar las cosas antes de dormir.
5. Apegarse a sus “roles”
No asumas que el matrimonio es un par de roles y debes mantenerlos. Haz que funcione para ambos de la manera que más les convenga, y no te preocupes si les gusta a otras personas.
En una relación, uno debe sentirse libre de romper las reglas como lo considere conveniente, siempre y cuando todos se sientan cómodos con ella.
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