Cuando se habla de líderes tóxicos, lo primero que nos viene a la cabeza es aquel jefe conflictivo que en lugar de impulsar a su equipo, busca la manera de ponerle el pie a quien se interponga en su camino. No importa si está rodeado de personas productivas que superan parámetros laborales, el líder tóxico se caracteriza por generar tensiones entre compañeros que se traducen en resultados ineficaces y en un ambiente laboral conflictivo que a la larga, puede traer consecuencias complejas a la empresa para la que labora.
Los líderes tóxicos también se caracterizan por ser abusivos, por ejercer su poder de manera arbitraria y “cortar cabezas” de forma irresponsable. Además de las funciones que vienen junto con su cargo, también se caracterizan por promover la intolerancia absoluta, y ante cualquier movimiento se siente amenazado por el resto del equipo.
Seguramente conoces a uno de estos especímenes que se mueven en el mundo “Godín”. Si es así, te recomendamos tener en cuenta lo siguiente para poder identificarlos:
1. “El medusa”
Aquel que con solo verte te convierte en piedra. Cuidado si se te ocurre hacer una propuesta o dar alguna opinión, porque desatas su furia.
2. El “mecha corta”
Aquel que no necesita de un gran conflicto para armar un escándalo y que siempre camina con bandera de hacer todo correcto y perfecto sin error alguno. Y si resaltas hasta un error pequeñito en su proceder, pondrá en riesgo tu trabajo.
3. El “envidias”
Ese que no reconoce los logros de su equipo a menos de que su nombre y cargo sea lo primero que resalte.
Si te sientes identificado y no sabes qué hacer, recuerda que el quedarte callado con tal de no provocar al “jefe” y aguantar conductas de acoso, puede llevarte a la frustración y convertirte en un trabajador enojado que, en lugar de disfrutar su jornada laboral, caiga en depresión y cometa errores que también podrían costarle su chamba.
